Según la historiografía oficial, los indios muertos fueron 40. Otros investigadores, como el teólogo Alejandro Zorzin, elevan el número a 320, incluyendo mujeres y niños. El psicólogo Eduardo Picerno, autor del muy documentado libro «“El genocidio de la población charrúa” sitúa el número en 150. «Los muertos no fueron los cuarenta que consigna el parte de Rivera ni los miles que los charruistás endilgan a las malas artes del General», escribió Daniel Vidart en su libro «El mundo de los charrúas». Entre 200 y 300 –otra vez, según la fuente–, fueron hechos prisioneros. Entre 40 y 50 habrían logrado escapar, huyendo hacia los montes. Algunas decenas más fueron exterminadas y cautivadas en sucesivas acciones en Mataojo, Mataperros, Sopas, Puntas del Queguay y Yacaré-Cururú. Los sobrevivientes fueron llevados prisioneros a Montevideo para ser obsequiados. Entre ellos se hallaban Vaimaca Pirú, Tacuavé, Senaqué y Guyunusa, conocidos como «los últimos charrúas», quienes años más tarde fueron enviados a Francia.
En el parte enviado por Rivera desde el Cuartel General de Salsipuedes el 12 de abril de 1831, se lee: «Después de agotados todos los recursos de procedencia y humanidad para atraer a la obediencia y a la vida regular a las indómitas tribus de Charrúas, el Presidente General en Jefe se decidió a poner en ejecución el único medio que ya restaba de sujetarlos por las fuerzas. Más los salvajes empeñaron una resistencia armada que fue preciso combatir del mismo modo para cortar radicalmente, las desgracias que amenazaban las garantías individuales…».
ORIGEN DEL ENCUENTRO CON EL CHARRÚA
El Encuentro con el Charrúa surgió a partir de la peregrinación espontánea de muchos uruguayos y extranjeros, que cada 11 de abril se acercaban a las orillas del Salsipuedes a recordar aquella matanza. Coincidiendo con esas reivindicaciones, en 2001 la agrupación “Creativos”, de Guichón (a unos 70 kilómetros de Salsipuedes), decidió formalizarla y convertirla en un encuentro anual, que se cumple los domingos más próximos al 11 de abril.
Lo positivo de todo esto es que el Encuentro permite que se generan actividades en las localidades del este del departamento, que pasan a ser puntos de llegada o pasaje de personas que de otra manera nunca estarían allí. La idea aspira a promover el desarrollo de un polo turístico y de actividades que integre a estas zonas y colectividades, en el que las localidades de la zona tengan su espacio. No es menos importante que se trata también de una instancia que potencia los valores humanos, al generar un ámbito para el reencuentro entre los participantes.
Desde los inicios, el grupo «Creativos» manifestó que no se trata de un movimiento político ni étnico, sino de un encuentro que reclama investigar un episodio histórico doloroso. Entre quienes respondieron a la convocatoria desde sus primeras ediciones se puede nombrar al escribano Alvaro Lamas, ex intendente sanducero; al maestro Gonzalo Abella, al escritor y comunicador Nelson Caula o al arquitecto Ruben Stagno, incansables investigadores de la historia. Se solicitó además a instituciones como Club Queguay de Canoas o la Liga del Trabajo de Guichón que nombraran sus delegados. Posteriormente, con el aporte de la Asociación Nativista “Potros y Palmas”, se convocó a toda la región mediantes las cabalgatas”.
LOS ACTOS CENTRALES
Una novedad del Décimo Encuentro fue que la noche anterior a los actos centrales, a orillas del Salsipuedes, tuvo lugar un encuentro de descendientes de indígenas, alrededor de un fogón, al que se llamó “Congreso Charrúa”. En los actos del día siguiente participaron Mónica Michelena, delegada del Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA); Javier Miranda, director de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura (MEC); María Lilia Castro, representante de la comunidad charrúa; el ya mencionado Gonzalo Abella, como también la agrupación «Santa Isabel», de Paso de los Toros y descendientes indígenas de Flores. Por la Intendencia sanducera lo hicieron el intendente Bertil Bentos, el director de Descentralización Humberto Sconamiglio, el coordinador de Juntas Locales, Leonardo Moreira, y la doctora Lourdes Suárez, alcaldesa de Guichón. Manuel Bercianos, representante de la Asociación de Sociedades Tradicionalistas de Paysandú, junto a integrantes de las demás aparcerías, colocó ofrendas al pie del Memorial Charrúa. Hubo un minuto de silencio por los inocentes muertos y se leyó el “Mensaje de los Pueblos”, que transportaron las aparcerías. Finalmente, el chasque Juan González, de Tiatucura, lanzó el mensaje a la Laguna de los Recuerdos, del Salsipuedes.
Según se resolvió, el 11º Encuentro fue del viernes 6 al domingo 8 de Abril de 2012.
OTROS DATOS DE INTERÉS
El Memorial Charrúa. Inaugurado en 2005 y ubicado a 100 metros del arroyo Salsipuedes Grande, el Memorial Charrúa es una estructura en hierro reciclado que simboliza la unión de dos culturas, la indígena y la española, fundidas en dos figuras de unas cartas de juego confeccionadas en lonja quemada, atribuidas al charrúa Tacuabé, quien seguramente se inspiró en las cartas españolas de la época. Las figuras entrecruzadas de las cartas semejan un reloj de arena, testimoniando que el tiempo revaloriza lo injustamente desvalorizado. El título de la obra (Betum Artasam Baquiu) en Salsipuedes significa, en voces charrúas, los números ocho y nueve, correspondientes a la sota (mujer) y caballero (hombre), mujer y hombre entrelazados, simbolizando la creación, la continuidad de la especie, y la muerte del olvido.
“La imponente estructura metálica se yergue afianzada en una característica construcción indígena, definida como un túmulo, cono de piedras superpuestas, en este caso reunidas por manos amigas, con la esperanza que esa construcción se transforme en monumento funerario para guardar por siempre, en su tierra, los restos de Vaimaca Pirú, que algún da serán devueltos al lugar donde fuera traicionado, gravemente herido y prisionero, tan prisionero como lo está ahora, entre enemigos, en el hormigón de la gran ciudad. Ese da llegar y el campo se llenará de flores rojas, y desde el monte cercano, los pájaros cantarán himnos de libertad y de justicia”. (Fuente: www.guichon.com.uy).
La Ruta de los Charrúas. El camino que conduce al memorial ha sido llamado “Ruta de los Charrúas”. Quien sugirió que la comunicación vial entre Paysandú, Guichón, Salsipuedes y Peralta se denominara de esa forma fue el arquitecto Rubens Stagno Oberti. La idea tomó carácter oficial al aprobarse la ley 17.757, que expresa: “desígnase ‘Ruta de los Charrúas’ a la ruta nacional 90 y su continuación al este, sobre la cuchilla de Haedo (caminos departamentales 69.1 tramo Guichón a Piñera, 69.2 tramo Piñera a Merinos, 69.3 tramo Merinos a Morató, 78 tramo Morató, Tiatucura y Salsipuedes y su continuación hasta la ruta nacional 5 Brigadier General Fructuoso Rivera”. El proyecto fue redactado por Stagno y presentado por el senador Jorge Larrañaga, con el objetivo de «contribuir a rescatar la raíz charrúa de nuestra nacionalidad y homenajear a quienes fueron parte indisoluble de la lucha por la independencia nacional encabezada por nuestro prócer, el General José Gervasio Artigas», según la exposición de motivos.
Escuela “Vaimaca Pirú”. Con el espíritu de fortalecer la identidad indígena en la zona que comparten Tacuarembó y Paysandú, durante su período como diputado por Paysandú Ruben Obispo gestionó ante el Parlamento el nombre de “Vaimaca Perú” para la Escuela Nº 29 de Tiatucura. Mediante la ley 17.446 se designó con ese nombre a la escuela situada a 3 kilómetros del Memorial Charrúa. El establecimiento escolar se integra cada año a los actos que se cumplen cada año, cuando cruza la cabalgata.
El Día de la Nación Charrúa. En setiembre de 2009 el Parlamento uruguayo votó la ley 18.589, que declara al 11 de abril como el Día de la Nación Charrúa y de la Identidad Indígena. En el censo de 1996 apenas 1,2% de los ciudadanos respondió tener ancestros indígenas. Diez años más tarde la cifra se elevó, superando el 4%. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el aumento respondió al trabajo de las organizaciones nativistas e indígenas. Según se desprende de la base de datos surgida en 2006 del censo de hogares del INE, fueron identificadas en la oportunidad 115.000 personas como descendientes indígenas. Las organizaciones de descendientes de indígenas tienen muchas expectativas respecto al Censo Nacional 2011, que será el primero en la historia uruguaya en consultar respecto a la ascendencia indígena de la población, e hicieron un llamado a la población para que esté en condiciones de responder a la pregunta, y para que quienes tengan dudas intenten indagar desde ya para despejar su incógnita.
Diego González Freitas