Escribió Niemeyer en su poema «O poema da curva”: «No es el ángulo recto que me atrae. Ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las nubes del cielo, en el cuerpo de la mujer amada. De curvas está hecho todo el Universo. El Universo curvo de Einstein.»

Seguidor y promotor de las ideas de Le Corbusier, es considerado uno de los personajes más influyentes de la arquitectura moderna internacional. Dentro de sus principales proyectos arquitectónicos destaca la construcción de Brasilia como nueva capital de su país durante los años 1960, además de cientos de obras en todo el mundo que abarcan desde proyectos residenciales e institucionales hasta una profusa obra compuesta de dibujos, grabados, mobiliario, esculturas y varios libros.

Pronto los postulados racionalistas de su maestro Le  Corbusier basados en la funcionalidad de los espacios, Niemeyer se los apropia y los transforma, sumándoles elementos estéticos que según él, encontraban en la curva su máxima expresión. Niemeyer hallaba inspiración en la silueta de la mujer, sobre todo, en el imaginario de la mujer brasileña. Y tenía una tendencia casi obsesiva por dibujarlas desnudas y están presentes siempre en su obra. Escribió: “La vida es tener una mujer al lado y que sea lo que Dios quiera”. Claro ejemplo es su obra Apoteosis del Sambódromo, arco triunfal culminante del mayor escenario del carnaval carioca que, según el, representa “un bumbum femenino con seu fio dental”

La tesis de todo su trabajo fue la búsqueda de la curva: la simplicidad del diseño, la sinuosidad de la línea, la libertad, el movimiento y la fluidez en la dureza del hormigón armado. Esa antítesis de la dureza del material dominado por el hombre, doblado para lograr la fluidez del movimiento fue la base de sus ideas. Sus ideas eran el motor no solo de su obra, sino de su vida, las cuáles le llevaron al exilio en los años 60.

Niemeyer era un crítico del colonialismo y su deseo era mostrar otra cara de su amado Brasil: un país moderno, suntuoso, privilegiado, innovador, bello y sensual, lleno de posibilidades. Su obra buscaba trasgredir el modernismo pragmatista de la época y lo logra a través de su poética del exceso y la monumentalidad. Su trabajo de líneas sinuosas y caprichosas, ancladas al paisaje tropical y con fuertes raíces étnicas, es un homenaje a la diversidad y a su capacidad de subversión de los modelos hegemónicos y patrones culturales dominantes.

Fallece a los 104 años en un hospital de Río de Janeiro tras burlar en varias ocasiones a la muerte, aunque los grandes hombres como él  continúan viviendo en su legado, capaces de burlar al tiempo y al olvido.

Compartimos con uds. algunas imágenes de su trabajo.

 

Por más info: Fundación Oscar Niemeyer

http://www.niemeyer.org.br/preobra

 

Fotos y reseña: Jimena Méndez. 

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