Llegar hasta las estaciones del metró de Moscú es muy fácil, inclusive existen varios tours en diferentes idiomas que, partiendo de la estación de la Plaza Roja, te sumergen en un sinfín de historias y leyendas urbanas acerca de él.

No es un subte común. Conocido como el «Palacio del Pueblo», con sus más de 200 estaciones, sus casi 400 km de vías, el metro más famoso del mundo transporta casi 10 millones de personas por día y al mes a más de 200 millones de pasajeros, tiene infinidad de comercios en sus bajadas y las personas además de usarlo de transporte, se sientan en sus pasillos a leer, descansar o como punto de encuentro.

Cuentan que cuando la Segunda Guerra, en épocas de bombardeos aéreos, las estaciones del subte, que se encuentran todas a gran profundidad, sirvieron como refugios y también como  hospitales donde hasta muchos niños nacieron.

También, como no podía ser menos, se dice que en paralelo a este, se construyó a pedido de Stalin, una línea secreta que les permitía a las autoridades huir en caso de ser necesario. Aunque nadie lo vio, todos los moscovitas juran que este metro secreto existe…y hasta teorizan acerca de posibles entradas y conexiones.

Cuando llegamos a la estación Ploschad Revolutsi, «Plaza de la Revolución», lo primero que encanta de ella es la cantidad de estatuas de bronce que hay. Son casi 80 figuras que representan a la gente del pueblo: padres, campesinos, obreros, guardias, militares, estudiantes, maestros…Pero lo más interesante es que algunas de esas figuras tienen exageradamente brillante alguna parte de la escultura. Todas tienen tienen alguna cualidad mágica que hace que los moscovitas pasen y froten alguna de sus partes en algún momento del día para tener suerte o que algún deseo se cumpla.

Hay una banderita de una de las estatuas que se debe tocar por la mañana temprano para tener un día afortunado. O tocar el zapatito de la joven que lee para tener suerte en el amor. Los más frotados son las narices de los perros que traen suerte para aprobar los exámenes a los estudiantes. Pero por favor, ni se les ocurra tocar el gallo de la joven porque trae mala suerte! Por las dudas, nosotros hacemos caso y las tocamos también 😉

Otra de las estaciones más hermosas es Kíyevskaya (Koltsevaya), que integra la línea circular del metro. Los moscovitas cuentan que el diseño circular de esta línea se debe a que Stalin colocó una taza de café sobre los planos y cuando fue a beber y vio la marca circular, se le ocurrió la idea… y además se dice que por esta razón es que la Línea Koltsevaya es de color café en los actuales mapas del Metro de Moscú. Les dije que los moscovitas tienen un cuento para cada cosa! Lo cierto es que es una estación llena de vitrales y mosaicos iluminados de un diseño y una belleza sin par.

La estación Komsomólskaya es impactante. Con su diseño de palacio barroco, es una estación donde nos olvidamos que estamos en una estación de metro! Cuando uno pregunta por qué tanta belleza y grandiosidad, la explicación que te dan es que cuando se ideó el metro y sabiendo que el pueblo era sumamente supersticioso, y que nadie iba a bajar casi cien metros bajo tierra para usar el transporte, Stalin quiso hacer un lugar que homenajeara al pueblo, que fuera tan suntuoso, bello y grandioso que todos quisieran usarlo. Que además tuviese las mismas riquezas que los zares siempre habían tenido para si mismos. La cuestión es que lo lograron, porque aún hoy, es un lugar impactante.

La estación Mayakovskaya, en honor al futurismo y su exponente ruso Vladimir Mayakovsky (autor del Manifiesto Futurista «Bofetada al gusto público» y “La rebelión de los objetos” entre otras) es una de las que más me gusta. Su diseño art decó elegante fue un ejemplo de la arquitectura de vanguardia de los años 30. En la foto histórica se puede ver la misma estación siendo usada de búnker en la Segunda Guerra Mundial.

.

A la izquierda: foto de archivo de la estación  Mayakovskaya. A la derecha, foto actual de la misma.

© SPUTNIK  ARKADII SHAIJET. Refugio contra bombardeos en la estación Mayakovskaya

 

Como no podía faltar, el metro de Moscú también tiene sus fantasmas. Desde algunos ex empleados que amaron sus empleos y siguen siendo vistos por allí, trabajando desde el más allá, hasta trabajadores que murieron trabajando y aún la gente los ve, recorriendo y protegiendo a sus pasajeros.

También cuentan que en sus estaciones rondan fantasmas desdichados que se suicidaron por amores no correspondidos o algunos que aún esperan por alguien que jamás llegó. Cualquiera de las historias, es maravilloso escucharlas de personas que creen en ellas y las reviven cada día, mientras van a sus trabajos o a sus casas luego de un largo día.

En la estación está el Museo Público del Metro, un espacio pequeño a la entrada, donde se encuentra toda la historia del subterráneo. Fue fundado en 1967 por iniciativa de los trabajadores veteranos del metro de Moscú, que se encargaron de recolectar cientos de documentos y fotografías, además de las cosas que les donaron las personas con el paso del tiempo.

No es nada fácil hacer este tour, porque mientras uno está haciendo turismo e intentando hacer una buena fotografía, hay 9 millones de personas cada día pasando por sus puertas y túneles, viviendo sus vidas entre esos muros llenos de historias y leyendas.

Fotos y texto: Jimena Méndez

Fotoescuela Online