Es un oficio tradicional uruguayo, uno de los más antiguos, fruto de la tierra, el trabajo, el fuego, y el alma de los ladrilleros. Estos artesanos  son también llamados oleros, trabajan amasando, moldeando el barro, y horneándolo para producir esta piedra rojiza.
A la parcela  de tierra, se le denomina olaría, generalmente está ubicada cerca de una fuente de agua, material indispensable para dicha fabricación. Consta de una zona llamada pisadero, donde se vierte la tierra, la viruta, cáscara de arroz y el agua en su justa medida para forjar la pasta barrosa que luego se transformará en ladrillo.
El adobe  se obtiene pisándolo con los caballos, y con paciencia, se llenan los moldes a mano, se cortan, luego se secan al sol y finalmente se hornean, en total todo el proceso demora casi una semana.

Estos obreros del barro están casi en extinción.

 

Texto: Lic. Patricia Laines Martínez.

Fotos: Marcelo Cattani