Texto y Fotos: Fernando Perdomo Freitas – Minimalismo es la tendencia a reducir a lo esencial, a despojar de elementos sobrantes. Surge en Estados Unidos a comienzos de la década de 1960, continuando la tradición geométrica estadounidense y reaccionando contra el abusivo predominio de las corrientes realistas y el arte pop por parte de museos y coleccionistas. Esta tendencia supuso la última etapa del reduccionismo propuesto en su día por Kazimir Malévich y por los constructivistas El minimalismo es una filosofía, una postura que abarca desde la decoración hasta la música pasando por la fotografía. Es un estilo de vida. Su   intención   es generar sentido a partir de lo mínimo. Esto requiere simplificar los elementos utilizados, apelando a un lenguaje sencillo, colores puros y líneas simples. Se trata de reducir a la mínima expresión, de eliminar todo aquello que sobra, de abstraer, de reducir a lo esencial. ¿Cómo se aplica esto a la fotografía? Eligiendo un único sujeto y hacer que sea el protagonista de la imagen. No puede haber elementos que no tengan que ver con la historia, que distraigan, que desvíen la mirada. Se trata de mostrar la belleza de lo simple, seducir con la mínima información. Consiste en   una fotografía sencilla a nivel visual, de economía de elementos, pero no de contenido. Este se potencia con la austeridad de elementos. En suma:  una fotografía sobria, limpia. El color puede ser un gran protagonista en la foto minimalista. Busquemos colores sólidos, lisos, brillantes. Contrastes, combinaciones de opuestos y complementarios. Busca fondos lisos, blancos, negros, o cualquier otro color que no distraiga o sume información. Vale que sume valor a la imagen, pero no información innecesaria. El minimalismo también está en la naturaleza. Es solamente abrir la sensibilidad y entrenar el ojo para encontrarlo. Está en los detalles la mayor parte de las veces, aunque también puede estar en el conjunto o en el todo. Las formas geométricas siempre simplifican y suman. El cerebro tiende a buscar organización y armonía. Allí donde la encuentra se siente inmediatamente complacido. Geometría, patrones que se repiten, luz y sombra, simplicidad…esa es la fórmula del éxito. Cuando estás en un proceso de búsqueda de tu estilo y tu lenguaje fotográfico, siempre es bueno recurrir al minimalismo,   potencia tu mensaje. Elementos simples y contundentes tienen un valor emotivo mucho más marcado. Nuestra cultura latina tiene raíces muy barrocas. Tanto en lo conceptual como en lo decorativo tendemos a la profusión de elementos. Los anglosajones y los nórdicos tienen una preferencia mayor por lo simple y concreto. Tomemos de ellos esa capacidad de abstraer con imágenes sencillas y potentes. Siempre resulta. La fotografía conceptual ha adoptado el minimalismo como una herramienta para impactar en el público con gran contundencia. Pocos elementos comunican mejor, menos es más. Aquí les dejo algunas fotos minimalistas para que se entienda mejor la idea.