Conocer, sentir y disfrutar el mundo del café.

Es la bebida más consumida en el mundo, después del agua. En Latinoamérica, es parte integral
de la cultura y la economía de la región. Los uruguayos -grandes fanáticos del mate-
aumentaron 14,6% las compras de este producto en los últimos tres años.

LEYENDA E HISTORIA
En el S. VI, los pastores de Abisinia (Etiopía, oriente de África) se sorprendieron al ver que sus cabras se mantenían despiertas toda la noche. Descubrieron que el motivo eran unos frutos que comían en la montaña. Los religiosos se hicieron de ellos y comenzaron a realizar brebajes para combatir el sueño, así podían quedarse despiertos toda la noche leyendo el Corán. Lo llamaron “kaweh”. Cuando el imperio otomano se expandió, los frutos del brebaje negro llegaron a Europa. El primer local donde se vendió el “líquido mágico” en 1663 fue en Venecia. A partir de ahí su uso se extendió por toda Europa. La primera vez que el café cruzó el océano Atlántico para instalarse definitivamente en América fue en 1723, cuando los franceses lo trajeron a Martinica. De allí descendieron todos los cafetales americanos.

LA RESIGNIFICACION DEL CAFÉ.
Fue en Europa donde se empezó a diversificar las formas de consumirlo. Se transformó en la bebida de los intelectuales. Grandes pensadores de diferentes épocas y países hacían de los “cafés” lugares de culto, donde la creación de pensamiento y conocimiento husmeaba en el ambiente junto al aroma del café. En el “Florián “de Venecia, o en el “Plazza San Marco” se solía ver a Hemingway y a Jorge Luis Borges. En el café la Paix de París, se reunían Jean Paul Sartre, Simón De Beauvoir, Baudelaire, Matisse, Modigliani, Picasso, Rimbaud y Joyce.
En el Río de la Plata la vivencia no fue muy diferente: Buenos Aires y Montevideo se convirtieron en lugares urbanos donde los intelectuales se reunían a “tertuliar” durante horas. De los cafés como de la vida surgieron nada menos que libros, amores, odios y pensamientos creativos.

La Revolución Cafetera
Nuevos talentos y perfiles de sabor
Los Cafés de Montevideo en el 1900 eran “Pulperías” más adelante “Almacenes» o Tiendas de Ramos Generales. Actualmente los uruguayos han afinado el paladar: se habla más de granos, tostado, orígenes, y de buen café.
El café de especialidad, que se cultiva, seca, tuesta y prepara bajo estándares artesanales, ha generado nuevas cafeterías, términos y oficios. Aparecieron nuevos personajes en el proceso: el barista que «representa la vanguardia dentro del mundo del café», el tostador y un nuevo tipo de público, más joven, culto y conocedor del producto.
Los métodos de preparación también han influenciado revelando nuevas modalidades, prácticas, destrezas y maneras de preparación que permiten desde una elaboración convencional hasta otras más sofisticadas.