SU VIDA:
Enrique Amorim a los 15 años de edad se muda a Buenos Aires, estudia en el colegio Internacional de Olivos, donde entabla amistad con su profesor de literatura Baldomero Fernández Moreno. Siendo este su tutor en sus primeras experiencias literarias. Conoce a Horacio Quiroga, quien era amigo de su padre, y lo vincula al ambiente intelec- tual porteño.
Fue miembro de la Asociación Argentina de Escritores, con Borges, Bioy Casares, Silvina Ocampo, Pablo Neruda, y Nicolás Guillén, entre otros.
En 1928 se casa con Esther Haedo quien fuera su compa- ñera hasta el fin de sus días, construyen su residencia en Salto, el chalet “Las Nubes” (1931). Viaja en varias opor- tunidades a Europa donde conoce a García Lorca, Pablo Picasso, Walt Disney, entre otros. En la década de 1940 comienza a vincularse al cine, colabora en varios filmes. Esa intensa labor creativa fue el punto central en torno al cual giró su personalidad pero sin agotarla. Hombre proteico, a veces hasta lo desconcertante, tuvo múltiples facetas, “tantas como los intereses que marcaron su vida”, recordaba su esposa María Esther. Cambió su con-dición de hijo de la burguesía salteña, poseedor de una sólida fortuna, para convertirse en un viajero de inagotable curiosidad. Dinámico, inquieto, mecenas y animador cultural, su vida cotidiana en el chalet “Las Nubes”, fue una perpetua tertulia a la que concurrían escritores y artistas renombrados.
En la actualidad el chalet pertenece al Estado y funciona como museo y centro cultural.
Lic. Patricia Laines Martínez.
Fotografía Marcelo Cattani.